domingo, 2 de octubre de 2011

No elijo entre lo bueno y lo malo, simplemente elijo, y después cuando ya lo tomé, me doy cuenta si es para bien o para mal; y tengo la sensación de que siempre estoy eligiendo al revés.
¿Cuántas veces me han dicho que no estacione mi confianza sin antes inspeccionar el lugar?
Y ni calcular cuantas veces me he defraudado; poniendo mi corazón en cualquier mano, suponiendo inocentemente que no lo van a tirar.
 Una y otra vez, lo arrojan de un quinto piso…Y ha estado roto y también sano ,pero al fin roto una vez más.
Ahora es cuando necesito hablar pero ya no tengo voz, ahora es cuando me escondo en un lugar al que no llega el sol.
Y mi mundo es tan pequeño que no hay nadie que escuche mis gritos; por eso no intentaré decir: ¡SOCORRO!... porque se que nadie vendrá a buscarme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario